Se denomina sensibilidad celular a la facultad que poseen las células de reaccionar frente a los estímulos o cambios en el medio ambiente que las rodea.
Los estímulos a los que son sometidas las células pueden ser de diversos tipos: luminosos, químicos, térmicos, eléctricos y mecánicos.
Las respuestas frente a dichos estímulos también pueden ser variadas:
- Estáticas: no implican movimiento. La más característica es el enquistamiento: en ciertos microorganismos, la célula forma cubiertas de resistencia (protectoras y aislantes del medio) y pasa a un estado de vida latente, cuando las condiciones del medio son desfavorables (calor, sequía, falta de alimentos...). También dentro de este grupo de respuestas se encuentra la producción y secreción de sustancias y la división celular.
- Dinámicas: son respuestas que implican movimiento, pueden ser positivas si suponen un acercamiento al estímulo o negativas si por el contrario suponen un alejamiento. Atendiendo al tipo de movimiento se clasifican en:
- Ameboides: desplazamiento mediante pseudópodos, que son prolongaciones del citoplasma para moverse o capturar alimentos (amebas y fagocitos).
- Vibrátiles: mediante cilios (filamentos cortos y numerosos) como es el caso del paramecio; flagelos (largos y pocos) como es el caso de los espermatozoides y de euglena, o mediante contracciones gracias a unas microfibrillas que provocan el acortamiento y alargamiento celular (células musculares y vorticella). - -Contráctiles: gracias a unas microfibrillas que provocan el acortamiento y alargamiento celular (células musculares
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